miércoles, 29 de diciembre de 2010

EL CAMINO DIFERENTE

Todo parece indicar, y ojalá así sea, que en la primera quincena de enero del 2011, los presidentes regionales, el de Arequipa reelecto y el de Cusco nuevo, se reunirán en lugar aún no decidido para en términos distintos y en formas más constructivas, encontrar acuerdos para que la gran obra de Majes y también la utilización de los recursos del Apurímac en la provincia de Espinar, sean logrados con su concurso y el de sus respectivos pueblos, en un afán de unidad que satisfaga los deseos descentralizantes y también de fortalecer un equilibrio regional en relación a Lima.

Parece ser que ha funcionado, al fin, la razón por encima de un obsesivo y electoral empeño de dificultar Majes por el casi ex presidente regional de Cusco, Hugo Gonzales, también ha influido en acercamiento que entre Juan Manuel Guillén Benavides y Jorge Acurio Tito, el que ambos tengan amistad y escuchen las voces del candidato Ollanta Humala para superar desencuentros y consensuar opiniones.

Se ha repetido, hasta el cansancio, y sin ser escuchados, que Arequipa tiene especial interés en conseguir que el Apurímac tenga represamiento en los alrededores de Espinar para mejorar las bondades del sistema de agua potable y concretar el riego de terrenos yermos cuya exacta dimensión aún no se conoce.

Sería excelente, que al fin se abrieran las puertas de la franqueza, de la ponderación y de las facilidades que deben existir entre pueblos hermanos, a los que la suerte ha beneficiado con recursos naturales suficientes para uso propio o para compartirlos con regiones vecinas y con el país en general.

Si Acurio y Guillén llegan a acuerdos, pocas dudas hay de que tal beneficio de diálogo se extenderá a las bases que los respaldaron, a uno en su reelección y al otro para confiarle, y por vez primera, el Gobierno Regional del Cusco.

Esto sería más importante que el sólo afán de dos gobernantes de origen legítimo, pues trasmitiría a los pueblos un ansia de entendimiento que es necesaria y que debe ser suficiente para que terminen las diferencias y busquemos formas civilizadas, democráticas y amistosas de tratar los problemas que nos son comunes.
 
Las conversaciones sobre Majes no deben quedar limitadas a Guillén y Acurio, sino merecer la aprobación y participación de los ciudadanos de Cusco y Arequipa para entenderse cada vez más y mejor.

Fuente: Editorial Diario El Pueblo 29 de diciembre